martes, 23 de junio de 2015

El medio ambiente

Medio ambiente

Podría decirse que el movimiento ecologista empezó hace siglos como respuesta a la industrialización. En el siglo XIX, los poetas románticos ingleses ensalzaban la belleza de la naturaleza, mientras que el escritor estadounidense Henry David Thoreau elogiaba la vuelta a una vida más sencilla, guiada por los valores implícitos en la naturaleza. Fue una dicotomía que continuó en el siglo XX.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el comienzo de la era nuclear trajo consigo el temor a un nuevo tipo de contaminación procedente de la radiación mortal. El movimiento ecologista fue ganando velocidad en 1962 con la publicación del libro de Rachel Carson «Primavera silenciosa», que advertía acerca del uso agrícola de plaguicidas sintéticos. La científica y escritora Sra. Carson, subrayó la necesidad de respetar el ecosistema en el que vivimos con el fin de proteger tanto la salud humana como el medio ambiente.
En 1969, las primeras imágenes icónicas de la Tierra vista desde el espacio conmovieron los corazones de la humanidad con su simplicidad y belleza. Ver esta «gran canica azul» en una galaxia inmensa a muchos les hizo darse cuenta de que vivimos en Una Tierra  un ecosistema frágil e interdependiente. Así, el mundo comenzó a concienciarse de nuestra responsabilidad a la hora de proteger la salud y el bienestar de nuestro ecosistema.
Al finalizar la agitada década de los sesenta, sus más altos ideales comenzaron a ponerse en práctica. Entre ellos, el enfoque mediambiental — ahora, casi literalmente, un fenómeno global.  Dado que la preocupación universal acerca de la salud y la utilización sostenible del planeta y sus recursos era cada vez mayor, las Naciones Unidas, en 1972, convocó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo.
En 1969, las primeras imágenes icónicas de la Tierra vista desde el espacio conmovieron los corazones de la humanidad con su simplicidad y belleza. Ver esta «gran canica azul» en una galaxia inmensa a muchos les hizo darse cuenta de que vivimos en Una Tierra  un ecosistema frágil e interdependiente. Así, el mundo comenzó a concienciarse de nuestra responsabilidad a la hora de proteger la salud y el bienestar de nuestro ecosistema.
Al finalizar la agitada década de los sesenta, sus más altos ideales comenzaron a ponerse en práctica. Entre ellos, el enfoque mediambiental — ahora, casi literalmente, un fenómeno global.  Dado que la preocupación universal acerca de la salud y la utilización sostenible del planeta y sus recursos era cada vez mayor, las Naciones Unidas, en 1972, convocó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo.

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